Un mazo de draft debe tener un total de 40 cartas, divididas en cuatro tierras. La cantidad exacta de cada tierra depende del formato de juego y el estilo de juego de la persona que está armando el mazo.
Para comenzar, hay dos tipos principales de tierras: básicas y no básicas. Las tierras básicas son aquellas que son inherentes a un formato de juego particular, como la Isla para el formato Moderno, o la Pradera para el formato Estándar. Estas tierras son generalmente la base para armar un mazo bien equilibrado, ya que proporcionan la base para todos los demás tipos de cartas.
Las tierras no básicas son aquellas que vienen de los mazos de expansión, como los de Magic: The Gathering. Estas tierras pueden ser útiles para armar un mazo con una estrategia específica, ya que proporcionan una variedad de recursos adicionales. Por ejemplo, un mazo de control puede beneficiarse de tierras como la Ciudadela Gainsay o el Parque de la Iglesia; mientras que un mazo de agresión rápida puede beneficiarse de tierras como la Montaña Salvaje o el Pantano.
En general, un mazo de draft debería contener entre 10-12 tierras básicas, junto con otros 8-10 no básicas. Esto le permitirá maximizar la cantidad de recursos disponibles sin comprometer demasiado la ventaja de tener una buena cantidad de tierras básicas para mantenerse al día con los demás jugadores.
Es importante recordar que la cantidad exacta de tierras dependerá del formato de juego y el estilo de juego de la persona que está armando el mazo. Si el jugador está construyendo un mazo de control, es probable que necesite más tierras no básicas; mientras que un mazo de agresión rápida puede necesitar menos.
En resumen, un mazo de draft debe contener entre 10-12 tierras básicas, junto con otros 8-10 no básicas, dependiendo del formato de juego y el estilo de juego. Esto ayudará al jugador a obtener la mejor combinación posible de cartas, para que se mantenga al día con los demás jugadores.